domingo, 27 de febrero de 2011

Mateo 6,24-34 (25/02/11)

Un mundo sin la dictadura del dinero , es posible.
Manolo
1-Llegada de los celebrantes
Al culto que queremos hacer en honor de nuestro Dios y padre celes-tial, su Hijo Jesús el Cristo, y el Espíritu Santo del consuelo.
Porque nuestro Dios tridimensional nos ha hablado para nuestra comprensión de lo trascendente, como es el sabernos criaturas suyas dotadas de poder para transformar realidades de pecado en realidades de verdad con sólo escuchar su palabra, es que lo queremos adorar y alabar con gratitud y compromiso.
Nos manifestamos en esta celebración creyentes de nuestro Señor  que “obra en nosotros dándonos su gracia” para llevarnos a la perfección del amor que hace posible la justicia, lugar de la paz.
Así también, queremos publicar al reinado de Dios como horizonte de nuestra comunidad de fe, consagrada al servicio de su realización.

-Canto de llegada-

-Oración de llegada-
Es justo, Dios y Padre nuestro, que te rindamos este homenaje de gratitud.
Sentimos un profundo deseo de agradecerte el mensaje de liberación, de autenticidad, que nos has trasmitido a través de tu hijo Jesús.
Gracias, Señor, porque nos infundes confianza en nosotros mismos
y sabemos ahora que podemos hacer frente al espíritu del dios dinero y el dios poder que dominan nuestra sociedad y toman cuerpo luego en las injusticias, en el hambre y la sed que desgraciadamente padece la gran mayoría de la humanidad.
Queremos contribuir a hacer posible otro mundo mucho mejor
y unidos a cuantos luchan de tu parte a favor de la felicidad de todos,invocamos tu auxilio y bendecimos tu nombre. Amén

Con el salmo nos expresamos desde lo profundo del ser con la certeza de que la Vida es valiosa, sólo porque es un don de Dios.
Nos invitamos los unos a los otros a seguir construyendo nuestro diario vivir sujetos al plan divino, y así realizarnos integralmente como imagen y semejanza de Dios.
Salmo: 61.
Sólo en Dios descansa mi alma, / porque de él viene mi salvación; / sólo él es mi roca y mi salvación; / mi alcázar: no vacilaré.  
Descansa sólo en Dios, alma mía, / porque él es mi esperanza; / sólo él es mi roca y mi salvación, / mi alcázar: no vacilaré.  
De Dios viene mi salvación y mi gloria, / él es mi roca firme, / Dios es mi refugio. / Pueblo suyo, confiad en él, / desahogad ante él vuestro corazón.


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-Cantos alusivos-

2- Entrada de la Biblia
 ¡Aleluya!
Isaías 49,14-15
Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.
1Corintios 4,1-5
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

Mateo 6,24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos."

Reflexión pastoral
El Evangelio de hoy pone al oprimido en la necesidad de saberse sujeto de su liberación, y la opción para esto según Jesús es, “buscar el Reino de Dios y su justicia”.
El oprimido lo es porque ha sido dominado culturalmente por el sistema de Mamón (dictadura del dinero) que lo somete bajo la conciencia que sin el está completamente perdido. Sin dinero no hay subsistencia, que a la sazón es la única expectativa del oprimido, por lo cual la búsqueda del dinero para la subsistencia se constituye en una prioridad, excluyente de cualquier otra. Es un error pensar en este pasaje como una crítica a la ambición por las riquezas, porque Jesús no les está hablando a aspirantes por ser ricos, sino a gente que sólo quiere seguir comiendo diariamente y vistiéndose como máxima ambición de la vida.
En realidad más que una crítica a la ambición por el dinero para enriquecerse, lo dicho por el profeta-rabino es una condena a conformarse con lo que el sistema ha naturalizado en la gente: “sin dinero no hay posibilidades de vida, por lo tanto es una prioridad insoslayable”. Todos sabemos que pasa cuando esta consigna es aceptada naturalmente, el pobre se somete al dine- ro como un Dios.
Con gente que no mude de este modo de pensar y actuar, poca esperanza tiene Jesús de alcanzar el objetivo de hacer que una simple subsistencia humana se convierta en una potente plenitud de vida, esta es la razón por lo que el galileo incluye en este Sermón de la montaña, constituyente de la nueva comunidad de sus seguidores, la consigna de liberación de la dictadura del dinero.
No dejarse dominar por la dictadura del dinero no era una cosa fácil, ya lo dice el Evangelio cada vez que algún interesado quería seguir al Señor en su ideal, pero esta dificultad no hace que se le pudiese quitar la exigencia reque rida a todos los  potenciales militantes de entonces acerca de la necesidad de optar por una alternativa casi utópica que Jesús llama reinado de Dios
Desde la perspectiva “realista” que la cultura marca en todas las generacio- nes que se van dando en el mundo, liberarse de la dictadura del dinero pare- ciera un irresponsable salto al vacío que lógicamente llena de temor a cual- quier persona.
Pero justamente lo que queda claro de este pasaje del Sermón de la montaña es que Jesús no invita a “un salto al vacío”, sino a la sujeción de un nuevo señorío, al que llama Reinado de Dios y su justicia, que no sólo se fija en la subsistencia sino y principalmente en la plenitud de vida para todos los seres humanos, cosa que a Mamón no le interesa.
En el relato que los evangelios hacen de lo que se conoce popularmente como “el milagro de la multiplicación de los panes y los peces” se percibe la misma consigna de Jesús que en este texto de Mateo. Los oprimidos que seguían  a Jesús eran animados en la dignidad de la vida, en los DDHH,  y en las responsabilidades que les ayudarían a liberarse de la exclusión a la que eran sometidos por el poder dominante, pero aunque lo que estaban haciendo era de suma importancia se había hecho tarde y el hambre comenzaba a golpear y se necesitaba comer. Los discípulos naturalmente recomiendan a Jesús que despida a la gente para que “vayan a la ciudad a comprar la comida” (cultura mamónica) y vuelvan. Esta propuesta el rabino
la toma como una oportunidad de desafiar “la lógica del mercado” naturalizada en la gente. Y ahí mismo lanza el desafío a sus discípulos mas cercanos: “dense ustedes mismo de comer buscando los alimentos sin la mediación del dinero”, es decir “obligándolos” a la alternativa. La conclusión es que se puede con solidaridad (los oprimidos entre sí) tener la certeza de que el Padre creador acompañará de muy buen gusto la aventura de la liberación
porque precisamente esto es lo que quiere del oprimido.
Es interesantísimo saber que la comunidad de seguidores de Jesús, cuando ya este no estaba físicamente con ellos, practicaron su comunión sin la dicta dura del dinero despertando la admiración de propios y extraños.
Creo que ninguno de los oyentes y lectores de esta reflexión deja de tener conciencia del poder de la dictadura del dinero sobre la gente y que la existencia sin el es imposible. Jesús invita a los oprimidos de esta dictadura, a entrar en el proceso de la liberación de que a lo sumo que se puede aspirar en esta existencia es la subsistencia, y también a la alternativa del reinado de Dios y su justicia que es vida y Vida abundante. ¿Una utopía?, puede ser,
vale la pena intentarlo

 3-Oración ecuménica..
 Gracias una vez más, Padre santo, por esta buena noticia,
que nos enseñó Jesús con su predicación.
Nos señaló el peligro del apego a la riqueza, que desvía nuestra atención de lo realmente importante y nos hace ciegos e insensibles ante las desgracias de los demás.
Pero además encarnó la pobreza y vivió cerca de pobres y marginados, mostró su preocupación por los oprimidos, por toda la gente que sufre y convirtió en bandera de su misión la construcción del Reino, hacer de todos nosotros una gran familia de buenos hermanos.
Nos indicó el camino que lleva a la más profunda y auténtica felicidad con su vida austera y desprendida y siendo modelo de liberación personal. No escatimó esfuerzos y arriesgó su vida por difundir su mensaje liberador hasta que finalmente padeció por ello la muerte más injusta.
Dios Padre y Madre universal, cuyo amor supera el amor tierno y fiel de la madre más amorosa. Ayúdanos a experimentar tu presencia cariñosa y misteriosa en nuestra vida, para que experimentemos tu ternura, y seamos capaces de transferirla también a los demás. Nosotros te lo pedimos apoyados en la experiencia y el ejemplo de Jesús, que encarnó en sí mismo tu amor paterno-materno. Amén.

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