lunes, 21 de febrero de 2011

Mateo 5,1-12a (28/01/11)

La humildad es posible.
Manolo
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo."

Reflexión pastoral
Para Mateo como seguidor de Jesús, el gran propósito del Maestro de Nazareth es establecer el reinado de los cielos en la tierra mediante la conversión de la humanidad de una cultura individualista competitiva a una social solidaria interdependiente sin clases.
Queda claro en este Evangelio que Jesús ve a los individuos (todos) como necesarios actores protagónicos de esta nueva cultura, pero entiende prioritariamente hacerlos ahora Primeros en esta tarea, a los que siempre fueron Ultimos, y por que no inexistentes para el poder, es decir los pobres-excluidos-sin voz-menospreciados-desorganizados.
Trabajar un proyecto de la envergadura del Reino de Dios desde los pobres primero, Jesús lo entiende, y está plasmado en el Evangelio, como una tarea ardua que debía comenzar haciendo que estos últimos se levantaran de la postración a la que los sometió el sistema político y religioso, que sostenía la sociedad de clases, ubicándolos precisamente en el último lugar.
El sermón de la montaña, y más precisamente las bienaventuranzas, va en este sentido, liberador de la apatía del “no puedo porque soy pobre”, enquistada en los excluidos.
Desde esta mirada, no puede sorprender que la palabra clave del mensaje jesuánico sea “bienaven turado” o “dichoso”, empleada repetidas veces, para que los oyentes por fin oigan de un rabino, hablarles de parte de Dios, diciéndoles: “Ustedes valen mucho aunque estén en esta situación de pobreza”.
La estrategia de Jesús con los pobres-excluidos y a la vez autoexcluidos es que recuperen la estima por sí mismos haciendo que  de pobres pasen a ser humildes. Esto pareciera una redundancia ya que se confunden ambos términos como sinónimos, cosa que no es así. No hay peor soberbia, aún de manera silenciosa, que creerse un gusano incapaz de ser tenido en cuenta para algo valioso,porque la gente valiosa sólo está entre los de arriba. Esta falta de conciencia acerca de sí mismos como co-creado res con Dios de los discípulos, en reiteradas oportunidades provocó la ira de Jesús, expresada con la famosa frase: “Hasta cuando tendré que estar entre ustedes”?
La humildad es una espiritualidad, que sólo los seres humanos son pasibles de cultivarla, y esto mediante el conocimiento de sí mismos como imagen y semejanza de Dios. Cuando Jesús expresa la bienaventuranza del pobre es porque este está más cerca  de esta espiritualidad, y además lo hace pensando en su propia experiencia de ser humano pobre que se ha descubierto en toda su potencialidad, por la lectura de los profetas, y entonces con gran alegría y beneplácito, la trasmite a sus congéneres. La humildad, por lo tanto, deviene de saber quién se es y para que se es, independientemente de las condiciones materiales de su existencia. El pobre es bienaventurado porque está cerca de la humildad, y mediante ella se ubica en la creación de Dios en el lugar que le ha sido asignado: co-creador de un mundo de justicia y paz. ¿Que mayor dicha existencial puede haber que saberse sujeto-constructor, junto con el Padre, para que Otro mundo sea posible.?
Nadie creyó que la negra costurera afro-americana Rosa Park (en los años 60, en EEUU) cuando dijo que no se iba a levantar del asiento en el colectivo para que se sentara un blanco, iba a generar el movimiento por los derechos civiles que ganaría pacíficamente, precisamente que los negros fuesen considerados en igualdad con los blancos. Esta mujer fue formada en su Iglesia en la humildad cristiana activa que a la postre le permitió tomar conciencia de ser imagen y semejanza de Dios aún siendo segregada, con la misión de construir un mundo de justicia, así lo hizo y triunfó porque creyó en Dios y en sí misma como imagen y semejanza del Padre.

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