lunes, 21 de febrero de 2011

Lucas 21, 5-19

Para mis amigos militantes por la justicia y la paz.
Manolo

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"
Él contesto: "Cuidado con que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayan tras ellos.
Cuando oigan noticias de guerras y de revoluciones, no tengan pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."
Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso les echarán mano, los perseguirán, y los entregarán a las sinagogas y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendrán ocasión de dar testimonio.
Hagan el propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contrade-cir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos los traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos los odiarán por causa mía.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con la constancia salvarán vuestras almas."

Reflexión pastoral
Los templos son erigidos por el poder para la dominación, por lo tanto su arquitectura ostentosa y majestuosa, corresponde al impacto que se busca causar sobre quién, ser dominado, es totalmente natural. Era el caso del templo de Jerusalem construido por Herodes y controlado por la aristocracia saducea. Los que llegan con Jesús a las fiestas son presa de esta concepción, reflejada por el colosal edificio.
A esas conciencias impresionadas les habla Jesús, con su mirada de un futuro sin dominadores y dominados, con el objetivo de liberarlas para que sean las constructoras de la revolución que adelante el futuro, terminando con las tiranías político-religiosas opresoras de los pobres.
Esta militancia por la revolución que adelanta el futuro no es romántica sino dramática, tal la definición que Jesús hace en el texto de hoy.
La historia inmediata pos pascual del movimiento-comunidad jesuánica es un relato de este drama de la vida real.
Cuando este movimiento se institucionalizó en la Iglesia con jerarquías ambiciosas, dejó su impronta liberadora aliándose con el poder imperial y se pasó a las huestes que conciben el poder como dominación, abandonando el sueño de Jesús.
Hoy en el seno de esta Iglesia, nuevas voces están recuperando el movimiento de Jesús, para volverlo revolucionario frente a los nuevos templos que se han erigido para dominar las conciencias, esta vez con el discurso del capitalismo occidental, como fin de la historia.
Como comunidad de fe en Jesús de Nazareth el Mesías de la liberación, nos proponemos la misión iconoclasta, abandonada por la iglesia constantiniana, de denunciar al sistema capitalista global como un sistema de muerte, que debe ser derribado hasta las bases para que de lugar a la justicia restaurativa e igualitaria del Reino de Dios.
Es hora que profundicemos en el proyecto de Jesús junto a aquellos que sin especulaciones se muestren servidores del Otro mundo posible,especialmente la juventud con ideales de justicia y paz para todos y todas.
Que el Proyecto Panquegüa sirva a esta conciencia para la formación de militantes por la justicia, derribando el templo del "no se puede".
Que EPB ( Espacio de participación de Bases) y El Movimiento de Cristianos comprometidos alcancen el diálogo por la nueva política, derribando el templo de la "política que se sirve a sí misma".
Que el MEDH recupere la mística frente a los juicios a represores, próximos en Mendoza, derribando el templo de la "impunidad".
Que el Centro Carlos Mugica se afiance en el acompañamiento de las organizaciones barriales en búsqueda de la democracia participativa, derribando el templo de la "partidocracia hegemónica".
Que Luciérnaga tenga continuidad en los planteos de una sociedad solidaria, derribando el templo del "no me importa".
Que Nuestra Mendoza protagonice el diálogo sociedad civil-política con fines de bien común, derribando el templo de los "intereses sectoriales".
Que el Consejo Interreligioso de Mza mantenga su ideal de paz dialogando con todos los actores de buena voluntad, derribando el templo de la "verdad revelada" construido por los fundamentalismos.
Que la Mesa de economía Social en Mza pueda construir la alternativa a la economía en manos de pocos, derribando el templo del "consumo como forma de ser".
En todos estos espacios hemos puesto semillas de buena voluntad, que el Señor las bendiga.

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