Para que Otro mundo sea posible.
Manolo
Manolo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo
Reflexión pastoral
Los seguidores de Jesús, según el evangelio, son llamados desde las clases excluidas=pobres porque son gente que no tiene ningún proyecto de clase que defender, precisamente por ser excluidos.
El proyecto de Jesús, de origen profético, ofrecido a estos, era antagónico a los intereses del templo y del imperio romano, razón por la cual se necesitaba para llevarlo a cabo, contar con militantes que hiciesen suyas (creer) estas propuestas pensando que venían de parte de Yavé como monarca, superior al templo y al emperador
Si partimos de este principio, descubrimos que la estrategia de Jesús para con estos potenciales militantes del reinado de Dios y su justicia tiene el fin de motivarlos a ser sujetos de la propuesta liberadora de Dios entre los pobres del mundo, que él mismo encarna.
En este famoso sermón de la montaña, las “bienaventuranzas” operan como despertadores de la autoestima de los oyentes, todos de las clases bajas oprimidas, llevándolos a sentirse capaces de ir con un proyecto ambicioso de justicia y paz para todos y todas.
La metáfora de la luz y sal que hemos leído, forma parte de este sermón que a la vez es, una convocatoria a una tarea, y una explicación en que consiste la misma.
Empezando por lo segundo digamos que para los profetas y para Jesús el mundo es un espacio, creación de Dios incompleto adrede, para ser completado por medio de la acción humana (todas las razas y civilizaciones) que ha sido dotada de inteligencia creadora, a lo que el Génesis (primer libro de la Biblia) llama “imagen y semejanza de Dios” en la criatura humana.
En el concepto bíblico, ser pobre significa no participar de la tarea de construcción de ese mundo por imperio de fuerzas humanas contrarias al plan divino, que impiden que la justicia y la paz universal sean posibles, justamente, porque no toman en cuenta a todos los seres humanos como sujetos de derecho, sino como objetos de explotación.
Esta situación es intolerable a los ojos del Padre de la humanidad, razón por la cual envía a sus profetas a anunciarles la liberación, a fin de llevar a cabo el propósito de co-creadores impreso en el espíritu de cada ser humano.
Cuando Jesús pues les dice a los oyentes de esa oportunidad, ustedes son “la luz del mundo y sal de la tierra” no dice otra cosa que la que dijo Dios en el envío al hombre/mujer (sociedad humana) creados a su imagen y semejanza, en el huerto del Edén: “juzguen la tierra”.La sentencia jesuánica restablece en los excluidos del sistema dictatorial vigente, la idea de los DD.HH como original del Reino de Dios y su justicia y que cualquier otra concepción es falsa y carente de legitimi dad a los ojos del Creador.
Al acercarnos pues hoy como Iglesia de Jesucristo a este mensaje so- mos renovados en nuestras fuerzas para mantener viva la llama del Reino de Dios y su justicia mediante las “buenas obras” más que con discursos y rituales.
Que el mundo esté en tinieblas es un problema de la militancia cristia
na que hay que debatir “¿Porqué si el número de fieles cristianos que son luz para el mundo, crece de manera exponencial, según las esta- dísticas, cada vez hay más excluidos, marginados, pobres, hambrien-tos, perseguidos, poblando las estadísticas mundiales?
A lo mejor, y pensando en voz alta, es porque la Iglesia esta que dice crecer así, no crea que ser luz en el mundo tenga que ver con la exclu sión, la marginación, la pobreza, el hambre, la persecución, sino con mantenerse fiel a sus dogmas y rituales creyendo que la pureza de los tales los salvará, sintiendo lo que tantas veces se dice: “yo me guardo del mundo”.
Bien nos viene recordar la oración de Jesús en el evangelio de Juan, a favor de los militantes que se animaron y se animan a entrarle a la economía, la política y la cultura del mundo, y ser luz allí –“Señor: No quiero que los quites del mundo sino que los guardes del mal”.
3-Oración ecuménica..
- Para que los cristianos, como la sal con los alimentos, estemos en contacto con el mundo y no nos aislemos, roguemos al Señor...
- Para que también los cristianos nos dejemos influenciar por todo lo bueno que encontramos en la vida de tantos hombres y mujeres, de tantos pueblos y religiones, como algo con lo que Dios nos interpela y nos ayuda a crecer en santidad y en comunión…
- Para que, como la sal, demos sabor a lo que nos rodea...
- Para que "brillen nuestras obras ante los hombres" y mujeres...
- Para que la palabra de la Iglesia vaya avalada por su compromiso...
- Para que el compromiso de los cristianos sea interpretado correctamente mediante la confesión explícita de la fe...
- Para que los cristianos, como la sal con los alimentos, estemos en contacto con el mundo y no nos aislemos, roguemos al Señor...
- Para que también los cristianos nos dejemos influenciar por todo lo bueno que encontramos en la vida de tantos hombres y mujeres, de tantos pueblos y religiones, como algo con lo que Dios nos interpela y nos ayuda a crecer en santidad y en comunión…
- Para que, como la sal, demos sabor a lo que nos rodea...
- Para que "brillen nuestras obras ante los hombres" y mujeres...
- Para que la palabra de la Iglesia vaya avalada por su compromiso...
- Para que el compromiso de los cristianos sea interpretado correctamente mediante la confesión explícita de la fe...
Dios Padre y Madre universal, que en Jesús nos has invitado a compartir la Buena Nueva que él nos trajo; haz que los cristianos hagamos valer socialmente los valores de amor y servicio del Evangelio, para que a nuestros hermanos les sea más fácil reconocer la presencia que ya tú tienes en todos ellos y así seamos efectivamente “sal y luz de la tierra”. Nosotros te lo pedimos con la mirada puesta en Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro.
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