lunes, 21 de febrero de 2011

Lucas 19, 1-10 (29/10/10)

Para los buscadores de Otro mundo posible:Evangelio(buenas noticias)
Manolo

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa."
Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador."
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más."
Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."

Reflexión pastoral

Con este texto es posible contestar una pregunta clave acerca del requisito básico para el seguimiento de Jesús o lo que es lo mismo la militancia por hacer realidad el Reino de Dios y su justicia: ¿Qué es la conversión en el mensaje cristiano?
Ya decíamos el domingo pasado que la sociedad de clases es la negación del Reino de Dios y su justicia y que por lo tanto para vivir este Reino aquí y ahora se necesita la deconstrucción del andamiaje que sostiene la lógica social de clases. Esta acción deconstructiva llevada a cabo por la misma sociedad que naturalizó este escalafón social es la manifestación de una sociedad convertida a la justicia de Reino.
En la historia que relata Lucas, se describe esta dinámica de la siguiente manera: Zaqueo el burócrata ricachón se manifiesta interesado en la propuesta de Jesús, y este a su vez por quién está buscando algo nuevo de manera tan explícita (subido en el árbol).
Estos intereses son llevados por iniciativa de Jesús a una mesa de conversación en la casa de este singular personaje, a la sazón catalogado de traidor, por los judíos.
De la charla acontecida no se dan detalles, pero si de las repercuciones que tuvo en Zaqueo el publicano traidor.
¿Que cosa habrá dicho Jesús para que Zaqueo tomara la determinación tan radical que tomó?
Siguiendo nuestra línea de pensamiento al principio de la reflexión nos damos cuenta que el tema del Reino de Dios, sus exigencias y urgencia de una sociedad sin clases, y no la filiación religiosa, fue central en la conversación, a la que Zaqueo respondió de manera concreta según consta en el final de la historia.
Es muy importante como describe Jesús  la nueva situación de la casa de Zaqueo, casa de rico en la que seguro habían esclavos-sirvientes, a partir de la decisión del jefe: Una casa (comunidad) salvada, es decir sin clases donde todos ahora se sientan a la misma mesa (herederos y trabajadores). Es extraordinario pensar que una decisión política del jefe basada en la justicia restaurativa del Reino de Dios, hace de la comunidad en la que se instaura una casa salvada en el aquí y el ahora.
Hoy por hoy la iglesia, como Jesús, tiene como misión hacer realidad la justicia del Reino de Dios y para esto va por el mundo, sin esconderse, para encontrarse con aquellos “jefes” que con sus decisiones deciden por una sociedad  “x”. Hay que sentarse con ellos por más impuros que parezcan o sean y convencerlos del camino de la justicia restaurativa como único cierto para la paz.
Por eso una iglesia comprometida con el proyecto de Jesús es una comunidad defensora sin ambigüedades de la sociedad sin clases, y si para lograrlo hay que embarrarse corriendo el riesgo de la estigmatización del fundamentalismo puritano, pues como Jesús nuestro Señor, habrá que correrlo.
Desde ya que una iglesia así no sólo es necesaria, sino urgente, frente a la violencia mundial por la escandalosa brecha entre ricos y pobres.
Ojalá podamos ser lo que Dios espera de nosotros ya que “el Hijo del Hombre (Jesús) ha venido a buscar y salvar lo que está perdido”
Amén

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