lunes, 21 de febrero de 2011

Lucas 23, 35-43 (20/11/10)

Ya lo dice el himno que acompañó el movimiento por los derechos civiles en EEUU y del que ML KING fue lider: "Solo con justicia obtendremos todos vivir en paz". Un fuerte abrazo
Manolo

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido." Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: "Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo." Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: "Éste es el rey de los judíos." Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros." Pero el otro lo increpaba: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada." Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino." Jesús le respondió: "Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso."

Reflexión pastoral
La fiesta de Cristo Rey es una fiesta instaurada a principios del siglo XX con el objeto de justificar el poder de la Iglesia en el mundo.
Esta razón es más que suficiente hoy para que nuestra comunidad la niegue, ya que no pretendemos ni por asomo mostrarnos como un poder dominante en el mundo al servicio de los intereses de las tiranías opresoras.
Sin embargo queremos reivindicar la figura de Jesús como rey pero al servicio de la liberación de los oprimidos por cualquier poder, que en sus prácticas de dominación, no reconoce a estos con la dignidad de criaturas selladas con la imagen y semejanza de Dios, haciendo de los mismos objeto de deseo y propiedad.
La pregunta que me hago y les hago es: ¿Cómo se reivindica la figura de Jesús, rey para liberar y no para servirse a sí mismo?.
La respuesta aunque obvia es compleja porque es tan radical según el evangelio, que darla nos da vergüenza por un pasado de tanta incoherencia y afrenta hacia quién decimos es nuestro rey.
Aún así, creo que debemos enfrentar esta situación,  tal vez corriendo el riesgo de que muchos se sientan ofendidos por esta reivindicación que favorece a los pobres y y condena a de los ricos.
La fidelidad a Jesucristo Rey está en la práctica liberadora para que todo ser humano sea sujeto de derecho.
En este sentido si la comunidad de fe en Jesús, acompaña en Latinoamérica a los movimientos sociales emancipatorios que se han levantado, muestra la fidelidad hacia aquél que subió a la cruz y no cedió a la tentación de bajar para salvarse sólo.
Como decíamos al principio, ayer la fiesta de Cristo rey se montó para dar un mensaje al mundo de que la Iglesia está del lado de los poderosos. Hoy por el contrario, el mensaje de Cristo Rey es un mensaje al corazón de la Iglesia para transformarla de opresora en liberadora.
¿No será hora de la conversión?, ¡sí! lo es porque hay millones de hermanos y hermanas en el planeta que no se les reconocen los derechos y mueren sin que a nadie le importe.
El poder de Jesucristo entendido para liberar está intacto aún y espera de nosotros, su comunidad, que como dice Jon Sobrino: Bajemos al pobre de la cruz, tarea para la cuál primero hay que subirse en ella y desatar al crucificado desafiando a la poderosa legalidad que lo somete impiadosamente.
No debemos olvidar la popularidad de Jesús en la periferia de Jerusalén y la tentación que ella representaba y la decisión de este de abandonarla para ir en busca de los opresores del pueblo montado en un “pollino”, y así entender la subida a la corrompida “ciudad santa” como la decisión que en definitiva marcó a Jesús como Mesías del Dios de los pobres.
Insisto con que este es un tiempo de decisiones para que la Iglesia ,  frente a los acontecimientos locales, regionales, nacionales, continentales y mundiales se ponga en marcha a aquél lugar de no retorno: La cruz de la miseria, erigida por el sistema capitalista para clavar allí a millones de “inservibles” para que agonicen hasta morir. Haití es un ejemplo de ello.
Al terminar hoy el año litúrgico 2010 hagamos nuestra la decisión de “Bajar al pobre de la cruz en nombre de Jesús el Rey”

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