lunes, 21 de febrero de 2011

LEVÍTICO 19, 1-2 y 17-18/ CORINTIOS 3, 16-23 / MATEO 5:38-48 (19/02/11)

Para alentar el tándem justicia-amor, principio del Otro mundo posible.
Manolo
 Entrada de la Biblia
 ¡Aleluya!
LEVÍTICO 19, 1-2  y 17-18
Dijo el Señor a Moisés: Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: Seréis santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy Santo.
No odiarás de corazón a tu hermano.
Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado.
No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Yo soy el Señor.

1 CORINTIOS  3, 16-23
¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo; ese templo sois vosotros.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga un necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: "El caza a los sabios en su astucia" y también "El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos".
Así pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro.
Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

MATEO 5:38-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto."

Reflexión pastoral
No podemos ni debemos ir a este texto sin considerarlo en el marco de la crítica que hace Jesús al modo de hacer legalidad sin justicia de las dos instituciones de su tiempo, el templo por un lado, y el imperio romano por otro.
En la concepción idealista de las instituciones presente en el relato bíblico, estas velan celosamente por la justicia y la paz, ya lo decía Pablo (asintinendo sin complejizar esta postura), en sus cartas de consejo a las iglesias, requiere de estas: “orar por las autoridades ya que eran puestas por Dios para garantizar la seguridad jurídica”, dando a entender con esta manera de pensar, que la espada del estado era aplicada de manera justa tal como Dios lo requería.
En el sermón de la montaña y en otras instancias posteriores, Jesús, que sí se atreve a pensar que las instituciones no son sagradas per se, no ahorra calificativos para denunciar cuan lejos de cumplir este ideal estaban estas instituciones “sagradas” (permitidas por Dios). Permítanme sólo mencionar el caso de la entrada del Nazareno al templo antes de ser arrestado, que cuando vio los manejos de los dirigentes no pudo menos que pronunciar la famosa frase: “Han convertido la casa de Oración en cueva de ladrones”.
No debemos olvidar que esta afrenta, según las autoridades del templo, fue la que llevó al profeta galileo a la cruz.
Es decir que con esta enseñanza-denuncia en el monte, Jesús, trata de que los oyentes sepan que el proceder del templo y el imperio, de avalar la venganza como método de hacer justicia, no sólo no la hace, sino que espiraliza indefinidamente la violencia. Esta razón es por la cual el nuevo estado-comunidad, a promover por los militantes cristianos, jamás tiene la alternativa de la represión-venganza de aquellos que “golpean la mejilla” de la institución, cuando esta sostiene una legalidad que no se corresponde con la justicia.
Desde esta perspectiva el estado debe revisar su aparato legal y someterlo a la verdadera justicia, pasando de represor-vengativo, a reparador de las causales de la violencia generada. En este sentido van las palabras de Jesús: “al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas”.
Para descubrir el porqué Jesús pensaba a las instituciones del estado al servicio y garante insoslayable de los DD.HH y no como el imperio y su “pax” (entendida como statu quo) sostenida mediante el poderoso ejército, hay que leer como él lo hizo al profeta Miqueas que en su capítulo 3 expresa: “¡Escuchen jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿No les corresponde a ustedes conocer el derecho, a ustedes, que odian el bien y aman el mal, que arrancan la piel de la gente y la carne de encima de sus huesos?
Ellos devoran la carne de mi pueblo y le arrancan la piel, le quiebran los huesos, lo despedazan como carne que se echa en la olla, como carne dentro de la caldera…..ustedes que abominan la justicia y tergiversan el derecho, que edifican con sangre a Sión y a Jerusalén con injusticia!. Sus jueces juzgan por regalos, sus sacerdotes instruyen por un sueldo y sus profetas adivinan por dinero, y todavía se apoyan en el Señor, diciendo:-¿No está el Señor en medio de nosotros? ¡no nos puede pasar nada malo!-
Por eso a causa de ustedes, Sión será un campo arado, Jerusalén, un montón de ruinas y la montaña del Templo, una altura boscosa”.
¿Servirá este Sermón de la montaña para despertar en los militantes del Reinado de Dios la organización profética que aspire a una legalidad afín con la justicia, basada en el amor, buscando actuar no sólo curando las heridas de los excluidos del sistema, sino transformando la legalidad en justicia?

 3-Oración ecuménica..
- Por nuestra sociedad mundial, en trance de pasar de una moral externa justificada por el temor al castigo, hacia una moral sin amenazas ni miedos, para que realice suavemente esta transformación...
- Para que también los cristianos nos dejemos influenciar por todo lo bueno que encontramos en la vida de tantos hombres y mujeres, de tantos pueblos y religiones, como algo con lo que Dios nos interpela y nos ayuda a crecer en santidad y en comunión…
- Para que la sociedad humana vaya convergiendo en sus convicciones sobre la dignidad humana, sobre ética básica imprescindible, y en toda sociedad se afiancen sus valores básicos...
- Para que nos hagamos conscientes de que todos estamos llamados a la madurez, a la plenitud, a la santidad...
- Para que todos los humanos nos sintamos libres, gratuita y gozosamente atados al Bien, a la Verdad, al Amor y la Justicia, como pilares esenciales de nuestra propia naturaleza...
- Para que nuestras comunidades cristianas no pierdan de vista que tan importante es iniciar a la moral como a la mística, y articulen iniciativas y prácticas pedagógicas para ayudarnos, conocer y vivir la experiencia mística...
Dios nuestro, a quien reconocemos presente en Jesús, impulsando hacia adelante el sentimiento moral de la Humanidad, con su propuesta del amor mayor, el amor que da la vida por los amigos, el amor que ama incluso a los enemigos. Ayúdanos a vivir a fondo este amor, y a que esa vivencia sea una experiencia mística, que nos afiance en el mismo Amor. Nosotros te lo pedimos inspirados por Jesús, nuestro hermano mayor. Amén.

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