miércoles, 30 de marzo de 2011

Juan 4,5-42 (27/03/11)

Para que levantemos los ojos y veamos los campos listos para la siega de Otro mundo posible.
Manolo


En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: "Dame de beber." Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?" Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva." La mujer le dice: "Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?" Jesús le contestó: "El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna." La mujer le dice: "Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla."
[Él le dice: "Anda, llama a tu marido y vuelve." La mujer le contesta: "No tengo marido." Jesús le dice: "Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad."
La mujer le dice: "Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén." Jesús le dice: "Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad." La mujer le dice: "Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo." Jesús le dice: "Soy yo, el que habla contigo."
[En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: "¿Qué le preguntas o de qué le hablas?" La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: "Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que ha hecho; ¿será éste el Mesías?" Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.
Mientras tanto sus discípulos le insistían: "Maestro, come." Él les dijo: "Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis." Los discípulos comentaban entre ellos: "¿Le habrá traído alguien de comer?" Jesús les dice: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador. Con todo, tiene razón el proverbio: Uno siembra y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis sudado. Otros sudaron, y vosotros recogéis el fruto de sus sudores."]
En aquel pueblo muchos [samaritanos] creyeron en él [por el testimonio que había dado la mujer: "Me ha dicho todo lo que he hecho."] Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo."

Reflexión pastoral
En el tercer domingo de Cuaresma, somos llamados por el Evangelio a encontrar en Jesús el modo humano de vida en plenitud. El evangelista Juan dice esto mediante el relato de un encuentro casual entre Jesús dador de agua vivificante, y una mujer de origen samaritano en plena tarea doméstica, con una larga y pesada lista de intentos por alcanzar su realización personal sin lograrlo hasta el presente.
Hoy, como comunidad proclamadora de que OTRO MUNDO ES POSIBLE, al igual que Juan el evangelista proponemos al mensaje de Cristo, de justicia restaurativa para la paz, como agua fresca que restaura a la sedienta humanidad que no logra acertar donde encontrarla. Todas las aguas probadas han sido efímeras y contaminadas.
Necesitamos (el colectivo cristiano del cual formamos parte por la fe en Jesús) explicitar en lo concreto de la vida en la tierra, la consigna del evangelio leído: “Jesús  es el agua viva”, para que florezca y eche raíces Otro mundo posible, donde la paz no es un deseo sino una experiencia verdadera.
En este sentido el diálogo de Jesús con la samaritana nos ilumina de manera brillante para una nueva manera de religión, veamos esto.
Jesús reconoce como válido el cuestionamiento de la mujer de religiones autoritarias, pagadas de sí mismo, que se descartan entre sí, y anticipa que ese modo religioso está perimido y condenado a la desaparición, por individualista, elitista y consecuentemente falso, y dar paso a aquella religión universal para la que Dios es Padre de todos y todas sin exclusividades. Esta nueva espiritualidad desestructurada, al sostener que Dios es Padre, empieza a entender a los seres humanos como hermanos/nas y al planeta como casa común y sagrada, y a la justicia que en ella impera como la gran herramienta de la paz. Si esto no es agua fresca, ¿que lo será?,¿el libre mercado global, donde los grandes se comen a los chicos porque no pueden competir y si no pueden competir deben estar fuera del mercado?  ¡Sí, puede que sea agua, pero contaminada! aunque presentada por la propaganda materialista-pragmática como pura y realista, pero que es preferible lejos, no tan cerca y tan atrayente.
La otra agua compitiendo es la del consumo constantemente creciente, hasta alcanzar por medio de las posesiones la autonomía del resto mortal, y el poder que hace creer en un solo dios: “YO”.
El gran desafío de la iglesia militante por el Agua Pura (Jesús) es mantener su pure-za en medio de tantas pseudoaguas que no vienen de las alturas (Cielo-Dios) sino son de fabricación sintética en los laboratorios de la propaganda mediática por lo tanto indefectiblemente contaminada. 

Mateo 17,1-9 (19/03/11)

Para vivir la Paz,¡escuchémonos!
Manolo

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis."
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”

Reflexión pastoral
Para la comunidad de Mateo, que nos deja este testimonio, era muy importante poner a Jesús en el rango de profeta de Dios, con autori- dad en quién confiar el destino de la nación (Israel) y el mundo.
Para esto su Evangelio traza un paralelo entre Moisés, el indiscutido profeta-legislador y Jesús de Nazareth, teniendo en cuenta que todo referente para el pueblo judío debía manifestar ciertas características exclusivas que demostraran que el mensaje expuesto era de proce- dencia divina.
Tanto el relato de las tentaciones en el desierto como el presente de la transfiguración, deben ser considerados a la luz de este interés mateano de justificar la autoridad de Jesús como el Cristo de Dios para la nueva liberación de los pobres de Israel, emprendida por Yavé desde los días de la liberación de Egipto. Pareciera como si el signo del resplandor glorioso de Dios manifestado en Jesús, hubiese sido una necesidad del pueblo judío pobre y excluido, para poder abiertamente afirmar su obediencia y seguimiento comprometido del Nazareno, y proclamarlo justificadamente Mesías de Israel.
Al concretarse en la cumbre de la “montaña alta” esta demanda, se satisface dicha expectativa y libera de las dudas acerca de la proce- dencia de la autoridad de la palabra proclamada.
Para los primeros cristianos este signo vivido por Pedro, Santiago y Juan fue fundamental para la causa del Reino de Dios y su justicia, ya que esta experiencia animó la certeza de la cercanía del mismo y por ello el entusiasmo, aún en medio de grandes dificultades, de hacer presente en el aquí y ahora el Otro mundo posible que les auguró Jesús en el Sermón de la montaña, si ellos se comprometían fielmente en su construcción.
¿Es posible hoy la mística de los primeros discípulos de Jesús para hacer realidad el proyecto del Cristo de Dios en nuestro tiempo?, sólo si recuperamos en nuestros confundidos oídos la consigna divina del monte de la transfiguración: “Este es mi Hijo predilecto, ¡escúchenlo!”.
En este sentido la Palabra de Jesús, que es palabra de Dios, se actuali za encarnándose en los excluidos migrantes, sin tierras, desplazados de sus culturas, indocumentados, trabajadores precarizados, pueblos originarios, etc. que en su condición de personas sin derechos reconocidos le manifiestan a la Iglesia de Cristo el desafío de una verdadera justicia que no es otra que la del Reino de Dios, común a todas la religiones del mundo.
Escuchar al Hijo de Dios hoy implica un diálogo interreligioso, social y político amplio sobre los grandes temas de la humanidad, sus sufrimientos y anhelo de paz verdadera.
La comunidad religiosa que sólo se oye a sí misma muestra a Dios como su posesión, por más que proclame un discurso de sujeción a él, tal como ocurrió en la montaña con la propuesta de Pedro de construir cabañas para quedarse con la Palabra de Dios encerrada en un solo ámbito, y desde allí mandar.
Sabiamente Jesús se negó a semejante fundamentalismo desestiman-do la idea con un lacónico: “Levántense, no tengan miedo”, a qué si-no al debate que les esperaba abajo con el poder dominante.
Que esta Cuaresma propicie en los cristianos bajar de la montaña se-gura, e involucrarse en la causa universal de la justicia restaurativa que es Palabra de Dios para todas las generaciones.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Mateo 4,1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó, diciendo: "Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.""
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: "Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."" Jesús le dijo: "También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios.""
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras." Entonces le dijo Jesús: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.""
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.

Reflexión pastoral
Este relato es una composición literaria dirigida a fundamentar que la huma-nidad de Jesús es total y común a toda persona, y esto para oponerse a la idea circulante y creciente en la comunidad de discípulos, especialmente del ambiente cultural griego, de adjudicarle al resucitado la categoría de divino y por lo tanto la predeterminación de sus actos, sin ejercicio de la condición humana de la elección del rumbo para la vida.
Para Mateo y su comunidad esta doctrina aparecida en el mundo de cultura dualista (griega) es inaceptable y por lo tanto debe ser combatida con el relato de un Jesús, aunque Mesías, totalmente humano. Esta posición mateana es imprescindible para el llamado que hace
a lo largo de todo el Evangelio a los seguidores de Jesús a imitarlo. Es evidente la intención del escritor de mostrar que lo que hace Jesús en todo su ministerio le cuesta la tarea de pensarlo y  decidir lo previamente, en medio de las dudas propias de quién no sabe a ciencia cierta lo que pasará. En este sentido va el relato en el que los discípulos le preguntan a Jesús acerca del “fin del mundo” cuestión a la que responde con un humanísimo “no lo sé”, mostrando así su
limitación.
La lógica de Mateo es clara: si presento a Jesús como una divinidad, ¿que persona humana puede ser como él?
Hoy nos valemos de esta lógica para invitar a todos/as a tomar a Jesús como paradigma de humanidad en la misión de construir justicia y paz desde la recomendación del Creador. Estos valores fundamentales no están presentes en el mundo, porque precisamente no hemos sabido defender el proyecto de Dios revelado por los profetas, cediendo a la tentación que Jesús en su mo- mento rechazó, y de lo cual este relato de Mateo da testimonio.
La cuaresma es entonces el tiempo litúrgico en donde la comunidad de se- guidores de Jesús, hace un “mea culpa” de haber cedido a las corrientes liberales que instalaron la idea del libre mercado como fin de la historia, olvidando el proyecto de Jesús llamado Reino de Dios y su justicia.
Quienes tengamos a la cuaresma como momento propicio para revisar nues-tras responsabilidades por el mundo que estamos construyendo, o por dejar que algunos construyan, deberíamos juntarnos en torno al proyecto de Jesús y defenderlo, como nuestro hermano mayor defendió en el desierto el mode- lo de los profetas.

jueves, 10 de marzo de 2011

Salmo: 30 - Deuteronomio 11,18.26-28.32 - Romanos 3,21-25a.28 - Mateo 7,21-2 (05/03/11)

1-Llegada de los celebrantes
Al culto de la comunidad que busca el rostro de Dios, Padre de misericordia, y que al encontrar su mirada compasiva, lo pueda alabar con conciencia y emoción sincera.
En esta jornada nos proponemos exaltar la palabra profética que nos ha sido revelada por Jesucristo, porque es una roca inamovible capaz de asegurarle a la humanidad que confíe en ella, la plenitud de vida en el marco de la justicia, que es el lugar de la paz.
No hay nada más valioso para las personas que habitamos este planeta que encontrar la Palabra iluminadora del sendero de la dicha, anhelada por todos y todas, tenerla por lo tanto es una bendición insuperable, porque de ella depende la felicidad de la existencia.
Tenemos pues razones profundas para nuestra adoración y alabanza a Dios que nos ha dado la Palabra Roca en Jesús, hagámoslo con gozo.

-Canto de llegada-

-Oración de llegada-
Padre de bondad, gracias una vez más por habernos dado a tu hijo Jesús, de quien estamos orgullosos por ser uno de los nuestros, hombre cabal, en el que te has dignado darte a conocer y revelarte a la humanidad.
Por él hemos conocido, aunque después lo hayamos olvidado,
que no eres Dios que te guste morar en grandes templos y catedrales, sino que quieres ser venerado en espíritu y en verdad
y prefieres la oración íntima y personal al culto más solemne.
Sabemos por Jesús, porque fue siempre fiel reflejo de tu pensamiento, que no te agradan quienes se muestran ansiosos por los primeros puestos y, envolviéndose en ropajes lujosos, buscan las reverencias de los demás.
Sabemos por Jesús, que aprecias no a quien sólo da lo que le sobra,
sino a quien es capaz de compartir generosamente su vida y sus bienes.
Sabemos que Jesús nos dio ejemplo continuo de perfecta solidaridad,
que culminó con su entrega aceptando una durísima muerte en cruz.

Esta parte del Salmo 30 es una oración del militante que decide seguir el proyecto de justicia del Señor y en ella expresa su necesidad de no ser defraudado.
Hoy tenemos la oportunidad de renovar este Salmo adentrándonos en su contenido y haciéndolo nuestro.
Esta oración es sólo para los que van a correr el riesgo de vivir de acuerdo a los valores del reinado de Dios.


Salmo: 30
A ti, Señor, me entrego; / no quede yo nunca defraudado; / tú, que eres justo, ponme a salvo, / inclina tu oído hacia mí; / ven aprisa a librarme.
Sé la roca de mi refugio, / un baluarte donde me salve, / tú que eres mi roca y mi baluarte; / por tu nombre dirígeme y guíame.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, / sálvame por tu misericordia. / Sed fuertes y valientes de corazón, / los que esperáis en el Señor.

-Cantos alusivos-

2- Entrada de la Biblia

 ¡Aleluya!

Deuteronomio 11,18.26-28.32
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Meteos estas palabras mías en el corazón y en el alma, atadlas a la muñeca como un signo, ponedlas de señal en vuestra frente. Mirad: Hoy os pongo delante bendición y maldición; la bendición, si escucháis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy; la maldición, si no escucháis los preceptos del Señor, vuestro Dios, y os desviáis del camino que hoy os marco, yendo detrás de dioses extranjeros, que no habíais conocido. Pondréis por obra todos los mandatos y decretos que yo os promulgo hoy."

Romanos 3,21-25a.28
Hermanos: Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los profetas, se ha manifestado independientemente de la Ley. Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a todos los que creen, sin distinción alguna. Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien Dios constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre. Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.

Mateo 7,21-2 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día, muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."

Reflexión pastoral
A lo largo de todo el Sermón de la montaña, Jesús contrasta al Reino de Dios (proyecto político profético basado en la tradición yavista)  como marcadamente lejano del modelo culto-céntrico de los “doctores de la ley”, tanto fariseos como saduceos, dominadores del Templo. Es como si quisiera plantear, en los potenciales militantes, el carácter revolucionario de su propuesta, evitando así la tentación de sólo ser reformista. Y el final de su alocución no puede ser mejor para mostrar las diferencias entre modelos.
Las fórmulas religiosas como las expresiones: “Señor, Señor” y “en tu nombre”, usadas como ejemplos en esta metáfora, eran propias de la autoridad sacerdotal de aquella época y que le daban a la casta el poder condenatorio de los impuros. Esta misma característica tiene la enseñanza jesuánica que se desprende de la parábola del fariseo y el pecador, que suben a orar al templo. En este relato el único que creía, por su posición, tener autoridad para expresar “Señor, Señor” era el fariseo y lo hacía público para marcar las diferencia profundas que tenía con el “desautorizado” pecador, que murmulla con la “cabeza en el suelo” por si es escuchado. Tanto en el Sermón del monte como en la parábola, Jesús declara completamente inválidas, ante Dios, las fórmulas utilizadas por el poder para manifestar su superioridad.
Ahora bien, en el modelo que el profeta-maestro preconiza, la llave para ser un militante de la causa profética auténtica y por ende un “bienaventurado” ante Dios, es la disposición a construir OTRO MUNDO POSIBLE, y este sobre la roca de la JUSTICIA RESTAURATIVA, totalmente revolucionaria del modelo sacerdotal de justicia retributiva.
Tenemos aquí pues un nuevo llamado a una vida comprometida no con la religión, sino que desde la religión, cualquiera sea ella, con la justicia restaurativa para la paz.
El tema no es de que manera nombrar a Dios (una discusión interminable y sin sentido, según Jesús) sino si nuestras prácticas de construcción de una sociedad planetaria (tarea insoslayable del seguidor de Cristo) están basadas en los DDHH tan claramente expresados a lo largo del texto bíblico.
Esta es una buena ocasión para que las comunidades reflexionen en la misión encomendada por Jesús en su Sermón de la montaña, si quizás el reinado de Dios y su justicia está lejos porque estamos en cuestiones doctrinales, formales e institucionales que ocupan toda la agenda eclesial, en desmedro de la revolución pacífica, que significa instaurar un modelo de justicia globalizada que permita a todos los seres humanos considerarse hermanos/as, y alcanzar la ansiada paz con el Creador, y el cosmos, independientemente de la religión que se profese.
El diálogo interreligioso e intercultural de corazón abierto para construir Otro mundo Posible ha comenzado, ¡Ojalá, todos se sumen a el!

3-Oración ecuménica..
- Por todos los hombres y mujeres que invocan a Dios bajo alguno de sus nombres, en cualquiera de las religiones, para que se esfuercen ante todo por realizar lo que intuimos que es la voluntad de Dios para la Humanidad... roguemos al Señor...
- Por todos los que tienen la vocación de animar la vida de las comunidades en cada una de las religiones, para que promuevan una fe religiosa que siempre integre la observancia y la promoción de la justicia...
- Para que la Iglesia sea un modelo de comunidad, en la que reine la fraternidad, la participación, la comunión... más que el poder, la jerarquización, la exclusión, los privilegios, la falta de participación y de democracia...
- Por nuestras comunidades cristianas: para que cada una de ellas sea un ejemplo de fe comprometida con la construcción de un mundo nuevo...
- Por esta comunidad nuestra, para que reviva su vida comunitaria con el compromiso por la defensa y la promoción de la Vida...

Oh Dios, Padre-Madre del género humano, que habitas e inhabitas el interior de esta materia espiritual el Universo. Ayúdanos a captar tu inefable mensaje de convergencia universal en el amor, de armonización solidaria en la